

IAM 6711
fundamento y aplicacion de los procesos de depuracion de aguas residuales
introducción:
INTRODUCCIÓN
La generación de aguas residuales es una consecuencia inevitable de las actividades humanas. Estas actividades modifican las características de las aguas de partida, contaminándolas e invalidando su posterior aplicación para otros usos. Así, por ejemplo, la Ley de Aguas de 1985 —y sus posteriores modificaciones— define la contaminación del agua como «la acción y el efecto de introducir materias o formas de energía, o introducir condiciones en el agua que, de modo directo o indirecto, impliquen una alteración perjudicial de su calidad en relación con los usos posteriores o con su función ecológica», definición coherente con la mayoría de las que se pueden encontrar en las legislaciones propias de muchos países del mundo. Es un hecho que el vertido de aguas residuales sin depurar ocasiona daños, en ocasiones irreversibles, al medio ambiente, afectando tanto a ecosistemas acuáticos como riparios. Por otro lado, el vertido de aguas residuales no tratadas supone riesgos para la salud pública, como podemos comprobar a diario a través de los medios de comunicación.
Es por esto por lo que es preciso el tratamiento de estas aguas antes de su vertido. En el tratamiento de las aguas residuales éstas se someten a una serie de procesos físicos, químicos y biológicos que tienen por objeto reducir la concentración de los contaminantes y permitir el vertido de los efluentes depurados, minimizando los riesgos tanto para el medio ambiente, como para las poblaciones. En las grandes y medianas aglomeraciones urbanas el procedimiento más habitual para el tratamiento de los vertidos líquidos se conoce como «lodos activos», en sus distintas modalidades, que desde sus primeras aplicaciones a principios del siglo XX se ha convertido en el tratamiento mundialmente más extendido. Por lo general, en las pequeñas aglomeraciones urbanas (zonas rurales, aisladas, desfavorecidas económicamente, etc.), la escasez de recursos técnicos y económicos hace necesario abordar la depuración de las aguas residuales con premisas diferentes a las que se adoptan en las grandes urbes, buscando soluciones de depuración que presenten el mínimo coste energético, un mantenimiento simple y una gran robustez de funcionamiento. A este tipo de tecnologías se las conoce como tecnologías no convencionales.

